septimo_sentido2Los hermanos Rosales son para la música salsa como el adobo a la carne y esa sazón a la comida que da el punto justo, con algo de azúcar y la medida exacta de sal, porque a través de sus experiencias musicales descubrieron el tesoro que tienen en su interior para elaborar la salsa para gusto de todos. Ese poder, virtud, privilegio no lo posee cualquiera, porque sin los Rosales “pastorriqueños no hay Guaguancó” como diría otrora, Fernando España.

Los Rosales descubrieron el ADN de su salsa gracias a su sabor y a su formación musical porque a finales de los años Ochentas migraron de su querido Pasto para abrirse espacio en la selva de concreto Bogotana, cuando conformaron aquel grupo 90% pastuso llamado los Blyztons. Esa persistencia los lleva a erigirse y mantenerse como los memes de la salsa en Bogotá.

Los hermanos Rosales Danilo y Ricardo y luego Jairo fueron proyectando su película salsera en un telón de fantasía pero real al oído interpretando un teso repertorio en la voz de Lucho Santana quien popularizara la canción de Ricardo Montaner Me va a extrañar pero en ritmo de salsa romántica.

No tienen carta de presentación porque su música los destaca en el ámbito salsero de Colombia intentando siempre a través de sus producciones musicales ratificar a la salsa en el estrato que merece, con una gran descarga de ají picante sabroso al paladar del bailador y el gozón de este ritmo con el que calientan a toda clase de público. Porque un día de sol de invierno nariñense como un lucero en una noche oscura bogotana y en un momento frío con un poco de ternura e inspiración, con besos de amor en la soledad, prendieron la luz de su inspiración musical por todos los senderos que iluminaron el camino de su salsa.

Cada palabra, cada detalle, cada pregunta, cada respuesta, cada nota, cada idea musical fue la fórmula mágica que dominó la musa de Danilo y Ricardo para dejar en el papel pentagramado sus caricias musicales y llenarse de amor por este estilo salsero que aún permanece en sus sentidos alborotados por la su salsa. Así llegaron a su propia salsa, haciéndose ellos dueños de su gusto, sabor, sazón, picante al lado de una bebida nutritiva y refrescante que hace mella en el corazón de todo buen salsero. No es solo el tumbao del piano (Danny) ni el obligado del bajo (Ricardo) ni el taconeo de la conga (Jairo) sino su propia fe por la música la que los ha llevado a sostenerse y estar vigentes, merecedores de este pequeño reconocimiento que les rinde Hard Salsa Bogotá gracias a su amor por la música que se evidencia en la interpretación profesional e impecable de sus instrumentos y su larga trayectoria de éxitos en orquestas de renombre.

Ahora si verán que estamos en salsa porque ese amor por este se apodera de ellos, que se dejan llevar por la locura mágica de la salsa en el instante de la generación de melodías, armonías y ritmo. Porque la salsa en su camino hace que todo sea diferente y es eterna en sus manos que siembran toda figura musical en el juego del pentagrama dentro de sus arreglos musicales  que los mantiene en trance y se apodera de todo y los enreda en una historia de amor que nació en el lejano Pasto para llegar a la Capital colombiana, a Cali e intermedias a producir sus mejores arreglos, creaciones, manufacturas salseras porque en un oasis de amor por la música salsa se convierte en mujer víctima de las caricias melodiosas de esta crónica afectuosa que los Rosales erigieron y que aún permanecen sazonados en su salsa, que nunca dejarán salir de su interior.

Grupo Chango - Con Todo (1988)Así los hermanos Rosales desde la carrera 30 con octava sur en Rumbaland iniciaron su despliegue salsero por todos los sitios de salsa de Bogotá, logrando establecerse en alma, corazón y vida en el nacimiento de la agrupación Changó, orquesta con la cuál llegaron a escalar el éxito en las estaciones de radio de todo el país con una gran con la canción Pretenciosa, interpretada por Hansel Camacho, entre otras.

Quizás todo ese tiempo de dedicaciones trasnochos, inspiraciones, creaciones,  ideas, ensayos y muchas cosas alrededor más se sumaron en un todo para reivindicarse musicalmente con esta realidad histórica de la salsa colombiana y de estos tres grandes artistas, Danilo, Ricardo y Jairo Rosales, hermanos del alma y de salsa, y músicos de tiempo completo que no viven de la música sino que viven y me atrevo a decir que mueren por ella.

Medios Consultados
1. nuestra cosa bogotana: crónica de Fernando España: sin pastuso no hay guaguancó
2. Música de los hermanos rosales
Hard Salsa Bogotá