Después de una exitosa semana de proyección de la película “we like it like that”, cerca de la media noche el 31 de Julio en El Solar RestoBar, abajo del barrio La Perseverancia, cerca al museo nacional, en el corazón de Bogotá, aparece el inconfundible Joe Bataan, el vocalista número uno del Latin soul, el Rey del Boogaloo, música que fusiona al género Soul estadounidense y la salsa, ritmo que nació de la seguridad de sus sueños, que se hicieron realidad y que aún enloquece a sus seguidores de hoy, de ayer y de siempre, sus viejos y “nuevos” fans se desbordaron en aplausos cuando subió a la tarima junto con su esposa, corista del grupo, que fue conformado por músicos profesionales colombianos.

“Yo soy afro-filipino, pero mi sonido es latino, porque me gustan sus costumbres, me gusta su música”. A Joe Bataan bien puede llamársele el Malo de Harlem (del barrio Hispano), en dónde creció junto a judíos, japoneses y latinos, barrio en donde utilizó la fuerza y la maldad para hacerse respetar y no sufrir de aislamientos racistas y fue a parar a la cárcel muy joven, donde aprendió de música para salir de allí y convertirse en el Rey del nuevo híbrido de la salsa: El Bogaloo, género que entre años 60s y 70s removió el mundo e hizo millonarios a muchos productores, grupos, combos y orquestas.

Fue muy duro el comienzo para él. Nadie quería trabajar a su lado por su condición de ex presidiario y además porque la gente lo veía como un loco. Y cuenta que en una ocasión decidió bajar un piano de cola desde un quinto piso y lo llevó por la calle rodando para tocar en un club. La gente le lanzaba improperios y él les decía: “algún día van a verme triunfar”, como un grande y finalmente se convirtió en un prodigio musical, ya que Joe Bataan fue uno de los inspirados a seguir reproduciendo Bogaloo combinando rock and roll, soul, guajira y montuno, folclor urbano que se metió inclusive en el gusto de los norteamericanos.

Empieza el concierto y la gente no paró de gritar y cantar sus canciones en español o en inglés, y en medio de toda la gente alguien se para en un sofá y le grita: “Monstruo, eres un monstruo”; y en realidad aquella, persona no se equivoca con mencionar la palabra monstruo, ya que la ovación cada vez que Bataan gritaba: “Are you ready” el público presente prendía en gritos y aplausos al tiempo que bailaban solos o en pareja.

Creo que Joe Bataan nunca había estado más contento que nunca en pleno corazón Bogotano, complaciendo a su público de siempre a través de todos estos años de Gloria musical, desde cuando produjo sus dos primeros discos Gypsy Woman en 1967 y Subway Joe en 1968 bajo el sello Fania, reeditados y comercializados en este nuevo milenio  en Estados Unidos su nueva carta de presentación, que lo siguen constituyendo como como el Líder del Latin soul y de las fusiones de varios ritmos con la salsa. En 1981 Bataan se aparta de la música para compartir con su familia y terminar trabajando como educador en el centro donde fue recluido cuando era un adolescente. Tras largos años de silencio musical el malo de Harlem hasta el 2005 publicó su álbum “Call My Name” bien recibido por la crítica y su fanaticada, ocho canciones de Latin Soul donde demuestra, como lo hizo en el centro de Bogotá, que está mejor que nunca y que el talento no se improvisa, lugar donde se sintió como en casa, tras la acogida del público colombiano que manifestó su jolgorio sin mayor recelo.

Joe Bataan, pianista y músico polifacético, irrumpió el mundo musical con su grabación RIOT producción en la que se destacó por romper los patrones musicales de ese entonces incluyendo el Bogaloo y los géneros afrocubanos como el cha cha chá, el bolero, el guaguancó y la descarga. Y así sigue metiéndose con su música, no solo en el corazón de Bogotá, sino del mundo “Bogaloosalsero”.

The Riot

Hard Salsa Bogotá