Así como la calle está dura y tantos criminales se han fugado y más de un Juanito Alimaña empuña su arma dentro del gabán, muchos grupos de salsa en el mundo latino salieron de la calle del barrio popular tras múltiples ensayos en garajes, calles, casas, sitios de ensayo para legitimar su rumba en los confines de Latinoamérica a través de los nuevos medios de comunicación masiva, interpretando sus letras convertidas en la nueva rebelión musical y social. Pareciera ser la revolución de la música en los sesenta pero esta vez nos transporta a finales de los noventas, década en la que muchos grupos de América Latina se han sumado a la nueva revolución musical asumiendo su proyecto como la defensa por la recuperación del sonido de la salsa clásica, pues la industria de la música ya no es igual que en aquellos sesentas, cuando revolucionó la salsa con los clásicos que merecen ser impresos en la memoria colectiva para nunca desaparecer del cerebro del fanático, del melómano, del bailarín y del gozón del son del barrio.
Uno de esos grupos que nace con el nuevo milenio con esos mismos detalles culturales y musicales es la agrupación Sabor Y Control de la hermana república del Perú. Porque no se puede desconocer que este país ha sido uno de los generadores de salsa desde antaño en los cincuentas y sesentas, aunque después de mucho tiempo no hubo repercusión de alguna otra agrupación peruana. Sabor y control es la agrupación que bien viene a establecer su sitio preferencial en el ámbito internacional de la mano de su director y fundador Bruno Macher, compositor y saxofonista, para quien el sonido de la esquina del barrio en la estructura musical de Sabor y Control tomó otra forma y reclama un nuevo espacio, pero con una propuesta propia y con identidad sin recurrir al facilismo u optar a la interpretación de covers clásicos de la salsa.
Todos los amantes de la salsa debemos decir de muy buena gana que como si esto fuera poco es la nota del momento porque en cada esquina de Latinoamérica hay una esquina salsera en movimiento. Estamos inmersos en una esquina virtual de movimiento salsero nuevo de sonido de barrio de sentimientos de renovación y legitimación de la salsa clásica en las manos de Bruno Macher, de Sabor y Control agrupación que se formó en el año 2000 con un formato de seis integrantes: conga, timbal, saxofón, trombón, bongós y bajo, grabando siempre temas propios, inicialmente instrumentales con descargas de salsa dura como se conocen en el Perú. Ya en entre los años 2003 a 2004 se reestructura la orquesta y graban su primera producción para el año 2006 titulada “El Guapo soy yo”. Y es que para mantenerse vigente hay que ser guapo, influyente y rebuscador porque un grupo salsero para tener vigencia debe ser todo un luchador constante en medio de tanta producción de diversos géneros musicales que invaden las pantallas virtuales, emisoras web entre otros medios modernos de dispersión tecnológica de la música .
La calle ahora también es virtual además de cemento y de fieras salvajes como Sabor y Control porque fabrica su música con mucha identidad en su sonido y en sus letras que evocan esa revolución social en la búsqueda de un mejor país, un mejor mundo, de mejores condiciones socioculturales.
“Cuando yo compongo mis letras trato siempre de que dejen un mensaje, pues no me gustan las letras ligeras que no dejan nada. Narro lo que pasa en el barrio en nuestras canciones y no solo por las letras si no con los instrumentos porque hemos logrado enviar un mensaje de lo que es el barrio”.
El imperio de la salsa no debe caer pues es un movimiento músico social el cual debe imperar con una historia que debe ser vigente en cualquier acorde de tiempos, porque es innato en la salsa y sus salseros con sabor y control rompen con lo tradicional como lo hace esta salida a la calle de la orquesta de barrio peruano que desde que empezó la posición de los músicos en tarima ha roto con todo estándar. Los vientos o el brass adelante aunque todos los instrumentos son importantes y de ahí su nombre por el cariño que manifiestan cada uno de sus integrantes de ahí que se llamen Sabor y Control compenetrados en darle a su gente seguidora su producto cultural arraigado en la cotidianidad del barrio que se manifiesta en cualquier esquina de movimiento virtual y callejero.
Este año tendremos el gusto de recibirlos en Bogotà en la edicion XVIII Festival Salsa Al Parque, lo que garantiza que gozaremos todos los bogotanos de un gran espectáculo de SALSA DURA. ademas tendran un concierto gratuito en el barrio Villa Cindy de la localidad de Suba, una presentación en el Cuban Jazz después de su presentación en salsa al parque y la proyección de la película de la que es director BRUNO MACHER.
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